Técnicas o recursos narrativos de la novela
Procedimiento narrativo: Es la manera mas espontanea del ser humano para contar algún acontecimiento
Procedimiento descriptivo: Se emplean descripciones muy minuciosa y abundantes, mediante la descripción el autor puede precisar con detalle todo lo que ve a su alrededor.
''Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga
dentro de la taza de te que has estado bebiendo en este cafetín sucio y barato''.
''Levantaras la mirada a los segundos pisos: allí nada cambia. Las
sinfonolas no perturban, las luces de mercurio no iluminan, las baratijas
expuestas no adornan ese segundo rostro de los edificios. Unidad del tezontle,
los nichos con sus santos truncos coronados de palomas, la piedra labrada de
barroco mexicano, los balcones de celosía, las troneras y los canales de
lamina, las gárgolas de arenisca. Las ventanas ensombrecidas por lar-gas
cortinas verdosas: esa ventana de la cual se retira''
''alguien en cuanto tu la miras,
miras la portada de vides caprichosas, bajas la mirada al zaguán despintado y
descubres 815, antes 69. Tocas en vano con esa
manija, esa cabeza de perro en cobre, gastada, sin relieves: semejante a la
cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales''
''Tocas esa puerta que huele a pino viejo y
húmedo; buscas una manija; terminas por empujar y sentir, ahora, un tapete bajo
tus pies. Un tapete delgado, mal extendido, que te hará tropezar y darte cuenta
de la nueva luz, grisácea y filtrada, que ilumina ciertos contornos''.
''Levemente, iluminan otras luces que son
corazones de plata, frascos de cristal, vidrios enmarcados, y solo detrás de
este brillo intermitente veras, al fondo, la cama''
''Te apartaras para que la luz combinada de la
plata, la cera y el vidrio dibuje esa cofia de seda que debe recoger un pelo
muy blanco y enmarcar un rostro casi infantil de tan viejo. Los apretados
botones del cuello blanco que sube hasta las orejas ocultas por la cofia, las
sabanas y los edredones velan todo el cuerpo con excepción de los brazos
envueltos en un chal de estambre, las manos pálidas que descansan sobre el
vientre: solo puedes fijarte en el rostro''
''Ella te sorprendera observando la mesa de noche, los frascos de distinto
color, los vasos, las cucharas de aluminio, los cartuchos alineados de pildoras
y comprimidos, los demas vasos manchados de liqui- dos blancuzcos que estan
dispuestos en el suelo, al alcance de la mano de la mujer recostada sobre esta
cama baja. Entonces te daras cuenta de que es una cama apenas elevada sobre el
ras del suelo, cuando el conejo salte y se pierda en la oscuridad.''
''hacia el tragaluz inmenso que hace las veces de
techo. Sonríes al darte cuenta de que ha bastado la luz del crepúsculo para
cegarte y contrastar con la penumbra del resto de la casa. Pruebas, con
alegría, la blandura del colchón en la cama de metal dorado y recorres con la
mirada el cuarto: el tapete de lana roja, los muros empapelados, oro y oliva,
el sillón de terciopelo rojo, la vieja mesa de trabajo,nogal y cuero verde, la lámpara antigua, de
quinqué, luz opaca de tus noches de investigación, el estante clavado encima de
la mesa, al alcance de tu mano, con los tomos encuadernados. Caminas hacia la
otra puerta y al empujarla descubres un baño pasado de moda: tina de cuatro
patas, con florecillas pintadas sobre la porcelana, un aguamanil azul, un
retrete incomodo. Te observas en el gran espejo ovalado del guardarropa,
también de nogal, colocado en la sala de baño.''
''Cruzan el salón: muebles forrados de seda mate, vitrinas donde han sido
colocados muñecos de porcelana, relojes musicales, condecoraciones y bolas de cristal;
tapetes de diseño persa, cuadros con es-cenas bucólicas, las cortinas de
terciopelo verde corridas. Aura viste de verde.''
Procedimiento dialogal: La forma directa es mas ágil, ya que los personajes se ubican en el espacio y el tiempo, actuando sin intermediarios, la indirecta es cuando el narrador hace o ejecuta el dialogo de los personajes
—No... No es necesario. Le ruego. Camine trece pasos hacia el frente y encontrara la escalera a su derecha. Suba, por favor. Son veintidós escalones. Cuéntelos. Ahí
—Señora —
—Ahora a su izquierda. La primera puerta. Tenga la amabilidad.
—Felipe Montero. Leí su anuncio.
—Si, ya se. Perdón no hay asiento.
—Estoy bien. No se preocupe.
—Esta bien. Por favor, póngase de perfil. No lo veo bien. Que le de la
luz. Así. Claro.
—Leí su anuncio. . .
—Claro. Lo leyó. ¿Se siente calificado?— Avez vous fait des etudes?
—A Paris, madame.
—Ah, oui, ga me fait plaisir, toujours, toujours, d'entendre. .. oui. ..
vous savez... on etait telle-ment habitue. . . et apres...
—Voy al grano. No me quedan muchos años por delante, señor Montero, y por
ello he preferido violar la costumbre de toda una vida y colocar ese anuncio en
el periódico.
—Si, por eso estoy aquí.
-Bueno, desearía saber algo más... Naturalmente. Es usted curioso. —Le
ofrezco cuatro mil pesos. —Si, eso dice el aviso de hoy—Ah, entonces ya salió.
—Si. Entonces acepta—Si, ya salió.
—Se trata de los papeles de mi marido, el general Llorente. Deben ser
ordenados antes de que muera. Deben ser publicados. Lo he decidido hace poco.
—Y el propio general, ¿no se encuentra capacitado para...?
—Murió hace sesenta años, señor. Son sus memorias inconclusas. Deben ser
completadas. Antes de que yo muera.
—Pero...
—Yo le informare de todo. Usted aprenderá a redactar en el estilo de mi esposo.
Le bastará ordenar y leer los papeles para sentirse fascinado por esa prosa,
por esa transparencia, esa, esa. . .
—Si, comprendo.
—Saga. Saga. ¿Dónde esta? dice, Saga...
— ¿Quien?
—Mi compañía.
— ¿El conejo?
—Si, volverá.
—Entonces se quedara usted. Su cuarto esta arriba. Allí si entra la luz.
—Quizás, señora, seria mejor que no la importunara. Yo puedo seguir
viviendo donde siempre y revisar los papeles en mi propia casa...
—Mis condiciones son que viva aquí. No queda mucho tiempo.
—No se...
—Aura...
—Le dije que regresaría...
— ¿Quien?
—Aura. Mi compañera. Mi sobrina.
—Buenas tardes.
—Es el señor Montero. Va a vivir con nosotras
—Si. Voy a vivir con ustedes.
—Aquí es su cuarto. Lo esperamos a cenar dentro de una hora.
— ¿Se encuentra cómodo?
—Si. Pero necesito recoger mis cosas en la casa donde...
—No es necesario. El criado ya fue a buscarlas.
—No se hubieran molestado.
—Perdón
—No. La señora Consuelo se siente débil esta noche. No nos acompañara.
—¿La señora Consuelo? ¿Su tía?
—Si. Le ruega que pase a verla después de la cena.
—¡Ah!
—Entonces. . . ¿quiere usted salir?
—No urge
—Gracias
—Señora. . . Señora...
—Llega, Ciudad de Dios; suena, trompeta de Gabriel; ¡Ay, pero como tarda
en morir el mundo!
—Perdón. .. Perdón, señor Montero... A las viejas solo nos queda. .. El
placer de la devoción.. . Páseme el pañuelo, por favor.
—La señorita Aura me dijo. . .
—Si, exactamente. No quiero que perdamos tiempo... Debe. .. Debe empezar a
trabajar cuanto antes. .. Gracias...
—Trate usted de descansar.
—Gracias. .. Tome...
—En aquel rincón. . . Abra ese baúl y traiga los papeles que están a la
derecha, encima de los demás. . . amarrados con un cordón amarillo...
—No veo muy bien. . .
—Ah, si... Es que yo estoy tan acostumbrada a las tinieblas. A mi derecha.
. . Camine y tropezara con el arcón. . . Es que nos amurallaron, señor Montero.
Han construido alrededor de nosotras, nos han quitado la luz. Han querido
obligarme a vender. Muertas, antes. Esta casa esta llena de recuerdos para
nosotras. Solo muerta me sacaran de aquí. .. Eso es. Gracias. Puede usted
empezar a leer esta parte. Ya le iré entregando las demás. Buenas noches, señor
Montero. Gracias. Mire: su candelabro se ha apagado. Enciéndalo afuera, por
favor. No, no, quédese con la llave. Acéptela. Confió en usted.
—Señora… Hay un nido de ratones en aquel rincón. . .
— ¿Ratones? Es que yo nunca voy hasta allá...
—Debería usted traer a los gatos aquí.
— ¿Gatos? ¿Cuales gatos? Buenas noches. Voy a dormir. Estoy fatigada.
—Buenas noches.
—Buenos días, señor Montero. ¿Durmió bien?
—Si. Leí hasta tarde.
La dama agitara una mano, como si deseara alejarte.
—No, no, no. No me adelante su opinión. Trabaje sobre esos papeles y
cuando termine le pasare los demás.
—Esta bien, señora. ¿Podría visitar el jardín?
— ¿Cual jardín, señor Montero?
—El que esta detrás de mi cuarto.
—En esta casa no hay jardín. Perdimos el jardín cuando construyeron
alrededor de la casa.
—Pensé que podría trabajar mejor al aire libre.
—En esta casa solo hay ese patio oscuro por donde entro usted. Allí mi
sobrina cultiva algunas plantas de sombra. Pero eso es todo.
—Esta bien, señora.
—Deseo descansar todo el día. Pase a verme esta noche.
—Esta bien, señora.
—Me he fatigado. No debería comer en la mesa. Ven, Aura, acompáñame a la
recamara.
— ¿No le gustan los animales?
—No. No particularmente. Quizás porque nunca he tenido uno.
—Son buenos amigos, buenos compañeros. Sobre todo cuando llegan la vejez y
la soledad.
—Si. Así debe ser.
—Son seres naturales, señor Montero. Seres sin tentaciones.
— ¿Como dijo que se llamaba?
— ¿La coneja? Saga. Sabia. Sigue sus instintos. Es natural y libre.
—Creí que era conejo.
—Ah, usted no sabe distinguir todavía.
—Bueno, lo importante es que no se sienta usted sola.
—Quieren que estemos solas, señor Montero, porque dicen que la soledad es
necesaria para alcanzar la santidad. Se han olvidado de que en la soledad la
tentación es más grande.
—No la entiendo, señora.
—Ah, mejor, mejor. Puede usted seguir trabajando.
—Siéntate en la cama, Felipe. —Si.
—Vamos a jugar. Tú no hagas nada. Déjame hacerlo todo a mí.
—El cielo no es alto ni bajo. Esta encima y debajo de nosotros al mismo
tiempo.
— ¿Me querrás siempre?
—Siempre, Aura, te amare para siempre.
— ¿Siempre? ¿Me lo juras?
—Te lo juro.
— ¿Aunque envejezca? ¿Aunque pierda mi belleza? ¿Aunque tenga el pelo
blanco?
—Siempre, mi amor, siempre.
— ¿Aunque muera, Felipe? ¿Me amaras siempre, aunque muera?
—Siempre, siempre. Te lo juro. Nadie puede separarme de ti.
—Ven, Felipe, ven...
—El desayuno esta listo
—Aura. Basta ya de engaños
— ¿Engaños?
—Dime si la señora Consuelo te impide salir, hacer tu vida; ¿por qué ha de
estar presente cuando tu y yo?; dime que te iras conmigo en cuanto. . .
— ¿Irnos? ¿A dónde?
—Afuera, al mundo. A vivir juntos. No puedes sentirte encadenada para
siempre a tu tía... ¿Por qué esa devoción? ¿Tanto la quieres?
—Quererla. . .
—Si ¿por qué te has de sacrificar así?
— ¿Quererla? Ella me quiere a mí. Ella se sacrifica por mí.
—Pero es una mujer vieja, casi un cadáver; tú no puedes...
—Ella tiene más vida que yo. Si, es vieja, es repulsiva.. . Felipe, no
quiero volver... no quiero ser como ella. . . otra...
—Trata de enterrarte en vida. Tienes que renacer, Aura. ..
—Hay que morir antes de renacer. No. No entiendes. Olvida, Felipe tenme
confianza.
—Si me explicaras...
—Tenme confianza. Ella va a salir hoy todo el día...
— ¿segura?
—Si, la otra.
— ¿Va a salir? Pero si nunca.
—Si, a veces sale. Hace un gran esfuerzo y sale. Hoy va a salir. Todo el
día... Tú y yo podemos...
— ¿irnos?
—Si quieres...
—No, quizás todavía no. Estoy contratado para un trabajo. Cuando termine
el trabajo, entonces si...
—Ah, si. Ella va a salir todo el día. Podemos hacer algo...
— ¿Que?
—Te espero esta noche en la recamara de mi tía. Te espero como siempre.
—Hoy no estaré en la casa, señor
Montero. Confío en su trabajo. Adelante usted. Las memorias de mi esposo deben
ser publicadas.
—Aura...
Repetirás: —Aura. . .
—Aura. . .
—No... No me toques. . . Acuéstate a mi
lado. . .
—Ella puede regresar en cualquier
momento. . .
—Ella ya no regresara.
— ¿Nunca?
—Estoy agotada. Ella ya se agoto. Nunca
he podido mantenerla a mi lado más de tres días
—Aura. . '.
—No... No me toques. . .
—Aura. . . te amo
—Si, me amas. Me amaras siempre,
dijiste ayer. ..
—Te amare siempre. No puedo vivir sin
tus besos, sin tu cuerpo.
— Bésame el rostro; solo el rostro.
—Volverá, Felipe, la traeremos juntos.
Deja que recupere fuerzas y la haré regresar.
Monologo interno: es la voz del personaje en ausencia del narrador. Para que el lector lo conozca con más profundidad.
Toda la historia es narrada de manera de monólogo interior o “flujo de conciencia”, el lector se convierte en el personaje principal, haciéndolo vivir la historia.
''LEES ESE ANUNCIO: UNA OFERTA DE
ESA NATURALEZA no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece
dirigido a ti, a nadie mas. Distraído,
dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de te que has estado
bebiendo en este cafetín sucio y barato. tu releerás. Se solicita
historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa.
Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario.
Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún
tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recamara cómoda, asoleada, apropiada
estudio. Solo falta tu nombre. Solo falta que las letras mas negras y
llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicita Felipe Montero,
antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles,
acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas
particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías,
lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono.
Recoges tu portafolio y dejas la propina. Piensas que
otro historiador joven, en condiciones semejantes a las tuyas, ya ha leído ese
mismo aviso, tornado la delantera, ocupado el puesto. Tratas de olvidar
mientras caminas a la esquina. Esperas el autobús, enciendes un cigarrillo,
repites en silencio las fechas que debes memorizar para que esos niños
amodorrados te respeten. Tienes que prepararte. El autobús se acerca y tu estas
observando las puntas de tus zapatos negros. Tienes que prepararte. Metes la
mano en el bolsillo, juegas con las monedas de cobre, por fin escoges treinta
centavos, los aprietas con el puno y alargas el brazo para tomar firmemente el
barrote de fierro del camión que nunca ''
Técnica del contrapunto: Es la combinación de tiempos simultáneos en el relato, así como la combinación de lugares o personajes mediante esta técnica, la narración adquiere mayor agilidad y dinamismo, exige la atención constante del lector.
De la historia nos damos cuenta que el sentido se encuentra en un juego de nunca acabar, un evento que se repetirá una y otra vez, año tras año.
''Vivirás ese día, idéntico a los demás, y no volverás a recordarlo sino
al día siguiente''
''tu releerás''
''Estoy agotada. Ella ya se agoto. Nunca he podido mantenerla a mi lado
mas de tres días''
Técnica del flash back: Consiste en romper el orden cronológico del relato, para introducir recuerdos u otros tipos de evocaciones ocurridos en otra época anterior a la que se lleva acabo en la historia.
Hacen regresiones al pasado al profundizar en las cartas de Coronel.
''Palabras iban dirigidas a mi. 'No me detengas —dijo—; voy hacia mi
juventud, mi juventud viene hacia mi. Entra ya, esta en el jardín, ya llega' .
. . Consuelo, pobre Consuelo. . . Consuelo, también el demonio fue un ángel,
antes..." contra el monstruo republicano, ve en el general Boulanger un
rayo de esperanza, suspira por México, siente que en el caso Dreyfus el honor
—siempre el honor— del ejercito ha vuelto a imponerse. . . Las hojas amarillas
se quiebran bajo tu tacto; ya no las respetas, ya solo buscas la nueva
aparición de la mujer de ojos verdes: "Se por que lloras a veces,
Consuelo. No te he podido dar hijos, a ti, que irradias la vida. . ." Y
después: "Consuelo, no tientes a Dios. Debemos conformarnos. ,;No te basta
mi cariño? Yo se que me amas; lo siento. No te pido conformidad, porque ello
seria ofenderte. Te pido, tan solo, que veas en ese gran amor que dices tenerme
algo suficiente, algo que pueda llenarnos a los dos sin necesidad de recurrir a
la imaginación enfermiza. . ." Y en otra pagina: "Le advertí a
Consuelo que esos brebajes no sirven para nada. Ella insiste en cultivar sus
propias plantas en el jardín. Dice que no se engaña. Las hierbas no la
fertilizaran en el cuerpo, pero si en el alma..." Mas tarde: "La
encontré delirante, abrazada a la almohada. Gritaba: 'Si, si, si, he podido: la
he encarnado; puedo convocarla, puedo darle vida con mi vida'. Tuve que llamar
al medico. Me dijo que no podría calmarla, precisamente porque ella estaba bajo
el efecto de narcóticos, no de excitantes. . ." Y al fin: "Hoy la
descubrí, en la madrugada, caminando sola y descalza a lo largo de los
pasillos. Quise detenerla. Paso sin mirarme''
Técnica del desorden cronológico: Llamada también planos temporales, se caracteriza porque no hay una secuencia lineal.
No hay desorden cronológico. La novela es lineal cronológica ya que se mantiene en una secuencia lógica de los hechos.
Clasificación de la novela
Novela Fantástica: Este tipo de novela emplea lo maravilloso.
malparidos
ResponderBorrarsapos y la re gran puta madre gonorreas hps :)
ResponderBorrarmalparidos
ResponderBorrarcalma jhonny
ResponderBorrarJhonny po favor camate
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